La evaluación en ambientes
virtuales precisa de una mirada estratégica que propenda
por integrar diferentes elementos en busca de esa evaluación formativa e
integral. Difícilmente podemos distanciarnos de elementos clave, ampliamente
tratados, como instaurar el proceso evaluativo por fases progresivas de acuerdo
al avance y evolución de la enseñanza y el aprendizaje. Igualmente plantear la
evaluación a través de la e-Moderación que exige esa revisión y ajuste continuo
del e-facilitador, tutor o docente. Un componente de gran valor también es la interactividad, donde una comunidad virtual de práctica avanza en
sus propósitos, alcance de logros y la construcción colaborativa y social del
conocimiento, como sustenta Peláez (2006), en la Propuesta de evaluación del
Grupo de Investigación EAV, Universidad Pontificia Bolivariana:
La Propuesta pedagógica y didáctica
del Grupo EAV contempla los procesos de evaluación de los aprendizajes como un
componente fundamental, ya que se piensa ésta en dos vías:
1. Como verificación
del logro de los propósitos, esto es, un carácter social que pretende la
selección y clasificación de los estudiantes a través de la constatación y certificación
de la construcción de conocimientos (…)
2. Como integrante activo en la
construcción del conocimiento de cada uno de los sujetos involucrados en los
procesos de enseñanza y de aprendizaje; esta es
la función pedagógica o formativa de la evaluación. Con ella se pretende
aportar información pertinente para la adaptación de las actividades de
aprendizaje a las debilidades y fortalezas de los estudiantes (p. 02).
Barberá (2006) afirma que la tecnología
ha realizado tres aportaciones importantes para la e-evaluación distinguiendo :
a) Las pruebas electrónicas, donde el estudiante obtiene tiene a
su alcance formularios de test y sus
resultados en tiempo real.
b) La evaluación enciclopédica, con repositorios de información
excepcional y más compleja; y
c) La evaluación colaborativa, aportación que
posee debates virtuales, foros virtuales y aportaciones de grupos de estudio.
Barberá aboga por dimensionar la e-evaluación desde cuatro perspectivas principales
como son, la evaluación del aprendizaje, la evaluación para el aprendizaje, la evaluación
como aprendizaje y la evaluación desde el aprendizaje. La autora remarca la
necesidad de observar también la evaluación como un proceso multidimensional, que
debe incluir la etapa postevaluativa (Coll, 1995), y una agenda feedback como
derecho y como deber:
Porque diseñar contextos
virtuales de enseñanza y de aprendizaje significa dotarse de un sistema de evaluación
que incluya criterios, juicios, decisiones educativas, y retroalimentación, en
el marco de un aprovechamiento de las
ayudas del profesor para desarrollar un aprendizaje progresivamente más solido
y complejo, Barberá (citado en Barberá 2005).
La complejización y planeación de la
e-evaluación como un proceso reflexivo requiere entonces observarse
detenidamente, de cara a ese carácter potenciador real de adquisición y
desarrollo del conocimiento. La educación en ambientes virtuales demanda procesos secuenciales e hiladores que
propendan por la flexibilidad y la e-participación
desde la colaboración y el trabajo de una comunidad. Un tema que no se agota aquí,
por supuesto, y que demanda investigación aplicada, nuevas propuestas o
rubricas que contemplen elementos pertinentes.
Referencias
-
Peláez, A. (2006)
Propuesta de Evaluación de los aprendizajes para la educación en ambientes
virtuales. Disponible en:
-Barberá, E.
(2006) Aportaciones de la tecnología ala
e-evaluación. Disponible en:
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